6ª CAMINATA DE QUITO A COCA 2012
“Arriesgar la vida por el Evangelio”
Crónica 1ª: Guápulo – Pifo
El lunes 9 de Julio de 2012, a las 8H00 el Obispo del Vicariato de Aguarico, Jesús Esteban Sádaba, presidió la Eucaristía de apertura de la sexta caminata de Quito al Coca.
Este año es especial pues se celebra el jubileo de los 25 años de la muerte martirial de Alejandro e Inés, misioneros que dieron su vida por la defensa de los pueblos minoríticos; los caminantes desean recordarlo y unirse a esta celebración siendo un signo presente en los pueblos que están de paso por la carretera principal que va de Quito a Coca.
Acompañaron también varias comunidades religiosas, entre ellas autoridades de las mismas; Vicente Quisirumbay, Ministro de los Hermanos Capuchinos en el Ecuador, la Hermana Mercedes Velásquez, Superiora de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia y otros sacerdotes del Vicariato de Aguarico.
El obispo exhortó a los caminantes a que confíen en el Señor, pues con fuerzas humanas es imposible llegar a las etapas propuestas, hace falta de una motivación trascendental que solo viene dada de Dios. Además invitó a que cada caminante tenga un encuentro personal con Dios, como una experiencia propia de fe y amor, como la mujer con flujo de sangre o el jefe de la sinagoga; y no más bien perderse de ese beneficio como los paisanos de Jesús que no confiaron en él.
Después de la celebración, se tuvo un pequeño refrigerio para tomar fuerzas; hubo unas indicaciones para los caminantes, con respecto a la logística, los compromisos, las comisiones, entre otros, por parte de Jesús García y Txarly Azcona. La salida de la caminata fue a las 10H40, el retraso se dio porque se esperaba a la patrulla de la policía que nos acompañaría con la seguridad vial.
El primer tramo de la caminata, a Pifo, fue muy fortuito; el día estuvo demasiado soleado, y fue muy arduo; la mayoría de los caminantes estaban deshidratados. Sin embargo, no fue excusa para seguir entonando las consignas y dar a conocer la espiritualidad de los mártires. En el camino los caminantes aprovecharon para conocerse y compartir la vida de amor y fe. En Tumbaco hubo una parada para llenar las botellas de agua. A un kilometro de Pifo, una familia generosa, dio a cada uno de los caminantes un vaso con jugo de limón.
Aunque algunos querían desistir en la subida del puente de Chiche, subiendo a Pifo, la fraternidad se manifestó en los hermanos que aún tenían fuerzas; ellos fueron puntos de apoyo para estas personas que estaban cansadas y creían que no podían avanzar. A las 15H00 se llegó a la Iglesia de la Parroquia San Sebastián de Pifo, y los caminantes se desplazaron rápidamente a las casas de las familias que los acogieron.
A las 18H00 hubo una celebración eucarística de acción de gracias por el día vivido, que presidió Vicente Quisirumbay y el párroco de la zona, Luis Mejía, le acompañó. Vicente dio gracias al pueblo de Pifo, por la acogida generosa que tiene con los caminantes. Mencionó la presencia de Alejandro a partir de 1954, era conocido como Manuel de Beizama, nombre utilizado antes del Concilio Vaticano II. Mucha gente, especialmente mayores, lo recuerdan como “Manuelito”.
Luego de la eucaristía se proyectó un video de los dos misioneros.
A las 19H45 cada caminante se movilizó a descansar, para recuperar las fuerzas para la siguiente etapa.